Ayer fui al cine.
Hago un punto y aparte para recalcar este hecho porque, ojo, el cine es un bien de lujo en los últimos tiempos. Por eso es importante recalcarlo, porque ir al cine no es algo tan normal en la España de hoy en día (no, señor Montoro, y no es por la mala calidad del cine).
En fin, es un tema aparte, continuemos. Tras un pequeño debate entre ir a ver Gravity o El mayordomo, finalmente nos decantamos por esta última (esto de ponerse de acuerdo sobre qué película ver siempre suele ser una ardua tarea). La verdad es que albergaba altas expectativas después de ver su fantástico trailer, y, si bien no me defraudó (me gustó), tampoco llegó a parecerme una obra maestra (y eso que Precious, también de Lee Daniels, me impactó mucho). El caso es que la recomiendo, aunque he leído de todo (como siempre pasa en estos casos).
Pero lo que quiero resaltar de El mayordomo, más que la película en sí (no soy ninguna experta en cine, podéis rebatir mi opinión y seguramente acabaréis tirándola por los suelos en poco tiempo), fue la banda sonora, a cargo de Rodrigo Leao. Me encantó. Es muy, muy buena.
