domingo, 17 de noviembre de 2013

Lily Allen sorprende con una nueva canción

¿Acaso pensaba alguien que Lily Allen había desaparecido del mapa? Pues no, amigos, ni muchísimo menos. No es que tengamos ya un adelanto de su próximo disco, pero sí tenemos un nuevo tema de la artista británica que ha traído bastante cola durante los últimos días.

Se trata de Hard out there, una crítica feroz y muy, muy acertada al panorama musical femenino de hoy en día promovido por la industria discográfica. Bueno, no solo al femenino, dejémoslo en "al panorama musical de hoy en día". En el videoclip de esta canción, Allen parodia a algunas artistas y vídeos tan de moda en la actualidad, en los que se mezclan cuerpos casi desnudos, twerking, dinero y publicidad. Porque no nos olvidemos, lo fácil, el sexo, es lo que vende, lo que hace que millones de personas "consuman" determinados vídeos o canciones, camuflando la realidad, lo que tantas veces hemos comentado: malas letras, mala música, poca creatividad, cero sentimiento. Una industria con encefalograma plano. En definitiva, un producto enlatado y de masas más, como la moda de las grandes cadenas, los restaurantes o algunos libros.


Pero volvamos al tema, que me desvío (¡me puede el ímpetu!): el vídeo de Lily Allen. Aparte de a la estética de algunas grandes "divas" de nuestros tiempos también se hace una crítica a los emplazamientos publicitarios que de forma tan cutre nos meten por los ojos (sí, digámoslo, son cutres, y luego nos quejábamos de los desayunos de Los Serrano...). Además, veréis que Allen hace un uso exagerado del Autotune, la herramienta salvadora de cantantes mediocres -o, directamente, de personas que no saben cantar -véase Juan Magán, el rey del Autotune-, precisamente para hacer ver lo molesto que puede llegar a ser.

¿Qué palabra repite más nuestra querida Lily en su canción? Bitch. Bitch, bitch, bitch, bitch. Seguida, sin tomar aliento. Es algo exagerado, sí, pero si prestáis atención a las letras de las canciones en inglés que suenan ahora en la radio o las discotecas, no alcanzaréis a contar con los dedos de una mano cuántas de ellas la repiten hasta la saciedad.

En definitiva, no os destripo más el vídeo, aquí lo tenéis, juzgad vosotros mismos:



Todos sabemos que lo que Lily Allen denuncia ni es nuevo ni es la primera vez que se saca a la luz (también lo ha hecho P!nk, entre otras, con Stupid girls), pero está bien que artistas influyentes hagan hincapié en ello: basta ya, la "cosificación" de las mujeres que hace la industria es denigrante y debemos ponerle fin. Artistas como Robin Thicke y su vídeo "Blurred lines" no hacen más que daño, tanto a hombres como a mujeres. Centrémonos en el arte, que es la música, y dejemos el marketing rastrero, el que vende llamando a los instintos más básicos, para otro momento.

Por lo pronto esperamos que Allen deje las parodias (tan necesarias a veces, por otra parte) y nos traiga pronto un adelanto de su esperadísimo próximo disco, en el que queremos encontrar grandes temas como It's not fair, LDN  o Fuck You. Hasta la vista!



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