lunes, 11 de marzo de 2013

¿Qué distingue a una canción buena de una mala?

He decidido meterme en un buen berenjenal. La pregunta es amplia, ¿qué distingue a una canción buena de una mala? Seguramente, si preguntamos a diez personas distintas, cada una tendrá una respuesta, ya que, para cada uno, una canción es buena por distintos motivos.

En primer lugar, estoy segura de que muchos diríais aquello de que una canción buena es aquella que te hace sentir "algo", que despierta una emoción o un sentimiento en ti. Vale, estoy de acuerdo. Pero no del todo de acuerdo. Por ejemplo, digamos que a una persona le emociona "Yo quiero bailar" (Sonia&Selena). ¿Es buena la canción? Objetivamente, no. Son un puñado de notas ordenadas para dar forma a una melodía sencilla y pegadiza para que uno baile en las fiestas del pueblo, pero, sinceramente, no es una canción brillante, única, original. Y también puede ocurrir lo contrario, que a alguien "Bohemian Rhapsody" (Queen) no le diga nada, que no despierte en esa persona ni el más mínimo interés. ¿Es por eso una canción mala? Por supuesto que no.

Entonces, ¿qué es lo que hace buena a una canción? La letra. Sé que muchos diríais que la letra la hace buena. Aquí vuelvo a discrepar. "Love me do" (The Beatles) es una canción con una letra pegadiza, sencilla, pero, me atrevería a decir, no es brillante. ¿Es por ello una canción mala? En absoluto, todo lo contrario. ¿Por qué? Porque debemos fijarnos en todo, en el momento en el que se escribió, lo que supuso, el cambio que trajo. Una letra sencilla, para una gran canción. Por tanto, el argumento de la letra no siempre funciona (aunque en gran parte de los casos, sí), no es suficiente.

Otro argumento lógico: la música. Bien, nos vamos acercando. Si una canción tiene una melodía distinta, única, ingeniosa y potente, va a enganchar, seguro. Y si encima la acompañamos de una buena letra, mejor que mejor, la combinación será exquisita. ¿Puede triunfar una canción con una base musical buena y una letra pésima? Pues, fijaos por donde, creo que sí. Es más, en la escena musical actual podemos ver algunos ejemplos de melodías aceptables, incluso resultonas, y letras facilonas y poco originales (me atrevería a señalar, por ejemplo, alguna canción de la todopoderosa Rihanna y similares).

Sin embargo, ¿creéis que el día de mañana, cuando pasen 40 o 50 años, alguien echará la vista atrás y dirá "Rihanna, aquella artista que revolucionó la música, que marcó un antes y un después"? Sinceramente, yo creo que no. Es más, pocos artistas de hoy en día tienen el honor de poder decir tal cosa. Eso es precisamente lo que diferencia a los grandes, a los Rolling Stones, a los Beatles, a Elvis Presley, a Frank Sinatra, a Nirvana, a Queen, a The Doors, a Billie Holiday, a Bruce Springsteen, a Bob Dylan, etc., el hecho de que hoy en día millones de personas escuchen sus canciones como si o hubiera pasado el tiempo, que lleven sus camisetas, que memoricen sus letras, que compren sus vinilos.

Por eso, una canción buena es aquella que escuchas pasados 30 años y piensas "madre mía, ¡qué temazo!". Da igual las veces que la hayas escuchado, no llega a cansarte, precisamente ahí radica su genialidad. Reconoces que es grande sea cuando sea. Se trata de combinar la calidad con ese toque distintivo, fresco, que enganche a las personas, independientemente de la época en la que vivan o del lugar en el que se encuentren. Solo esa capacidad de traspasar barreras y convertirse en símbolo abrirá a un artista las puertas del Olimpo. Y, sinceramente, los agraciados en el panorama actual se cuentan con los dedos de una mano.


¿Qué opináis?

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